lunes, 24 de noviembre de 2008

Enfermedad o remedio?

Ramón era un pibe que toda su vida estuvo enamorado de Fernanda. Cada vez que nos juntábamos a charlar era su tema de conversación, sin excepción. Fernanda de acá, de allá, ad infinitum. Más de uno de nosotros se comió un garrón cuando osó contar que, de tanto oir ese nombre, irremediablemente y bajo jugarreta del destino, terminó soñando con ella.
Fernanda. Fernandita.
Un día de noviembre a Ramón se le dio. Parece que una prima suya, lejana, al final era amiga de esta piba y se encontraron en un lugar común, un evento. Charlaron, intercambiaron mails, teléfonos, saraza y salieron.
El día inmediatamente posterior de esa salida, que era para todos importante, lo fui a ver a su casa. Cuando llegué encontré todo en penumbras, el aire viciado tal que parecia 8 de enero. Había claramente olor a sexo. Dejé de sonreir cuando vi a Ramón sentado en la silla de la computadora, solo, en silencio. Triste.
- Pero Ramón, qué te pasa?
- Ya todo dejó de tener sentido para mi - dijo, y apoyó su cabeza rubia sobre sus antebrazos, cruzados sonre la mesa.
- Te fue mal?
- No, me fue perfectamente. Salimos, tomamos cervezas de todos los colores, cuando nos estabamos yendo del bar fue ella la que me sugirio venir para aca. Cuando se sacó el vestido floreado primaveral me encontré con un corsé negro de vinilo, medias red, tacos aguja hasta arriba de la rodilla. Tenía atado un látigo de terciopelo a un costado del cuerpo, unas esposas de peluche fucsia en el otro. El sexo fue de lo más sucio, soez y reventado que he tenido en mi corta existencia. Al finalizar el tercero me temblaban las patitas, tenía cosquilleos en el huevo izquierdo y me sonaba la rodilla cada vez que respiraba. Fue increíble. Me regaló esto - me mostró una tanga minima, de esas que tienen cierre desde adelante hacia atrás, roja de latex - que hizo que, atado y de rodillas, se la sacara con los dientes. Me atenazó las tetillas con dos broches de colgar la ropa, los de plástico que son más jodidos, mientras me tiraba de los pelos de las axilas. Me tiró cera caliente una vez que me ató tobillos a las muñecas, me metió el taco de su bota en el ombligo y me dijo que la puteara hasta que se calentara, porque sinó iría a parar a otro agujero. Después igual siguió con el otro agujero. Me bañó en ginebra Bolls y me lamió hasta que no quedó ni el olor, después al reves cuanto la até yo como a Tupac Amarú y gritaba extasiada de lujuria. Cuando se fue me dijo que la llame cuando quiera, que tiene en su casa un cuartito preparado con los más variados instrumentos de tortura para que use con ella, que esto era solo una puntita de todo lo que viene después. Es pura fantasía. Es la mina más viciosa que existe, que conocí y que voy a conocer. Me ha dado a probar artilugios impensados. La más experta prostituta africana se dislocaría más de una articulacion tratando de hacerlo.
Está hecha de marmol, nívea y suave. Además tiene un culo que parece tallado. Es toda ella el templo de los más absolutos excesos.
Yo, que no lograba controlar mi imaginación, que no podía evitar desear llevarme esa tanga a casa para retenerla abajo de la almohada, olerla, masticarla, usarla, alcancé a preguntarle.

- Ramón, decime, por el amor de Dios, qué tiene eso de malo?
- No entendés? Qué voy a desear ahora?
La mayoría de las veces, no es lo que se desea, sino desear lo que a uno lo mantiene vivo.
''Cuando los dioses quieren castigarnos, atienden nuestras plegarias'' O. Wilde.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Otras yerbas

Afiche.
Cruel en el cartel,
la propaganda manda cruel en el cartel
y en el fetiche de un afiche de papel
se vende una ilusión, se rifa el corazón...
Y apareces tú
vendiendo el último girón de juventud
-cargándome otra vez la cruz-
Cruel en el cartel te ríes, corazón,
-¡Dan ganas de balearse en un rincón!-
Yo te di un hogar...

Siempre fui pobre pero yo te di un hogar.
Se me gastaron las sonrisas de luchar,
luchando para ti, sangrando para ti.
Luego la verdad,
que es resfregarse con arena el paladar
y ahogarse sin poder gritar.
Yo te di un hogar... ¡Fue culpa del amor!
-¡Dan ganas de balearse en un rincón!-
Ya da la noche a la cancel su piel de ojera...

Ya moja el aire su pincel
¡y hace con él la primavera!
Pero qué?
si están tus cosas pero tu no estás
porque eres algo para todos ya
como un desnudo de vidriera.
Luché a tu lado... para ti
-¡por Dios!- ¡y te perdí!

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Me engañaste, me mentiste...

Me dijiste que un clavo saca a otro clavo, y lo único que hace es clavarlo más adentro.
(Ahí donde más le duele a uno)

martes, 18 de noviembre de 2008

Lo pedís, lo tenés

Ayer leí un chiste de Maitena, en el que había una mujer que, sobresaltada en la cama como quien viene de una pesadilla, decía:
Ups! Soñé que se me cumplían todos mis sueños!
Mutatis mutandi, el otro día un amigo me contaba algo similar.
Me lo encontré en un bar, estaba pálido, mirando el más allá desde su mesita al lado de la ventana, abrazando con los deditos un vaso de cocacola ya vacio, sucio, caliente.
Me miró, estaba pálido, me siento y le digo: qué te pasa?
estaba indeterminado, ni asustado, ni triste, ni feliz, estaba ahí, blanco y mudo.
- Estuvo con alguien más...
- Quién?
- Ella!
La mano venía así: hace poco que estaban saliendo pero venía muy intensa la cosa. Ambos acababan de salir de una relacion hacia poco y estaban con esa disyuntiva: arranco de nuevo o sigo solo? Entonces quedaron en tener una relacion liberal. Que cada uno haga lo que se le plazca, que no hay riesgo de lastimar a nadie porque aunque estuvieran juntos, podían disponer de su cuerpo, voluntad, tiempo y espacio como se les cante.
- Me contó que antes de anoche salió con un flaco y terminaron en un telo. Todavía tiene el pelo mojado.
- Pero... no habian quedado en eso?
- Si, pero era necesario??? Tan rápido???
Mas allá de que no he conocido aun persona alguna que no contemple la exclusividad (la propia, de más está decirlo) como un valor acsoluto, y que cualquier daño contra ella es tomado como una herida mortal al ego físico, la libertad no es para cualquiera.
Todos nos hacemos los pistolas, todos somos modernos de la boca para afuera, pero a la hora de los bifes no hay nada más digno que una buena mentira... piadosa.

martes, 11 de noviembre de 2008

''El deseo es una equivocación''

Ahora que me separé de Luis, voy a ir a buscar a Juani. Ese sí, ese es el hombre de mi vida. Me acuerdo cuando estabamos juntos, era una fiesta! tan buenmozo, tan inteligente. Me acuerdo que veía sus ojos, ''ojitos de caramelo'' le decía porque me conmovía tanto que los pelos de la nuca se me erizaban. No sabés cómo extraño esas charlas, horas de conversar, de intercambiar conceptos, ideas... me dejaba mirándolo y pensando ''cómo puede saber tanto''. Ni hablar que los revolcones más sucios y reventados los he tenido con él. Nos separamos, nos distanciamos una vez después de varios años, idas y venidas, desencuentros. Bueno, vos te acordás. Es una pena, aun extraño el gusto de sus besos entre vino tinto y tabaco, el perfume de los abrazos, la voz...
Luis, pobre... Luis es bueno, pero es tan simple que... no sé. Me dio muchas cosas, me acompañó y eso que siempre fui medio hija de putas con él, así, yegua que no le dejé pasar una. Y él más se quedaba. Vos sabés que no lo quería realmente, qué se yo. Vino en un momento de mi vida en que yo me dejé llevar, y bueno. Llegué más lejos de lo que me propuse. Pero ya pasó todo eso, ya estoy aca, con las puertas abiertas adelante mio mostrándome todos los caminos posibles a tomar, todos ellos repletos de libertad, fresca libertad, posibilidades infinitas, proyectos y oportunidades. Nueva vida. Y voy a buscar a Juani, me decía inquieta. La ayudé a encontrar al susodicho, cosa que no fue nada difícil por sobrados motivos. Hablaron por teléfono y quedaron en encontrarse en un bar.
Ahí fue nuestra primera cita solos, me decía toda exitada mientras se ponía rimel.
La acompañé hasta el bar, la dejé unos pasos antes, y me quedé esperando. La vi llegar a la puerta, mirar hacia adentro, dar media vuelta y volverse. Palida de la desilusión.
Fue horrible, cuando miré hacia adentro vi un despojo sentado en una mesa, pelado, canoso en lo que le quedaba. La vida ha hecho una brochette con él y me ha devuelto eso que vi. Arrugado, transpirado, con la camisa abierta hasta el ombligo. Fumaba con desesperación, en el medio de la mesa había un cenicero repleto de colillas y una cerveza por la mitad. Tenía la piel opaca... fue desvastador. No pude entrar.
Le pregunté si estaba segura de que era él. Sí, era él, los ojos eran los mismos, salvo que ya no se parecían a caramelitos, estaban como asqueados, más bien eran soretes de perro. Mientras me decía esto, buscaba algo en su cartera. Le pregunté qué necesitaba.
El celular, para llamar a Luis.

lunes, 10 de noviembre de 2008

El, Ella

- No quiero que te falte nada.
- Hay algo que igual no me vas a poder dar.
- No, yo te voy a dar todo.
- Yo me voy a encargar de que no sepas qué.

Fe de Erratas

Estaba desayunando en un bar, un día hace poco.
Estaba sentado junto a la ventana, tomando mi café con leche, con jugo de narajna, con media lunas de manteca con agregado de dulce de leche. Con el diario, un libro, y otras cosas. Estaba cómodo, en ojotas. Era una mañana de casi verano pero había una fresca que mejoraba todo.
Estaba echándole azúcar al café con leche cuando se sentó una pareja al lado.
Desde el vamos ella tenía cara de tujes, y él, pobre diablo, la miraba con cara de ''y ahora qué habré dicho''. Ella no hablaba, y el le preguntaba qué iba a querer para desayunar. Pidieron, cuando se fue el mozo con la comanda, ella le largó el fardo.
- Así que vas al civil, solo.
- Qué civil?
- El de enero.
- Ah, si, si queres venite, pero como es viernes y vos laburas...
- Claro, ahora me decis que vaya, pero hace un rato no. Sabés qué? andá solo. Andá. Yo, si tengo un novio, no voy sola a ningun lado.
- Pero mi amor, yo quiero que vengas, siempre quiero que vengas, pero pensé que se te complicaba por el trabajo.
- Si, claro.
- Además, mi vida, faltan 3 meses casi, no nos adelantemos.
Silencio. Yo embadurnaba mi media luna con dulce de leche. Ella revolvía su licuado frenética. Y él, cosa de lo que en el acto se arrepintió, preguntó:
- Qué te pasa mi vida?
- Nada... Me estoy replanteando toda esta relación...
- Por qué? por lo de enero? pero bicho..
- No, es que hace cuatro sábados que no estamos juntos.
- Bueno amor, me hubiera encantado que Juani tuviera su acto del colegio otro día y que encima estuviera mi ex allí, porque es su madre. Ni que le hagamos la despedida de soltero a Pablo este sabado porque tiene que viajar al exterior hasta el dia de su casamiento. Se hace un sábado porque viene del pueblo para eso, ya te había dicho. Ni tampoco que yo tenga que viajar este fin de semana, ya sabés, tengo una reunión de trabajo y yo no soy quien establece los horarios en ese caso. Además, Mary, prácticamente vivimos juntos...
- No es lo mismo. Cómo puedo pensar en tener una relación seria con alguien si se va cuatro sábados?
- Pero bicho, de domingo a viernes estuvimos juntos!
- No, no - decia mirando el horizonte - No es así. Vos tenés que pensar que no es normal. Yo no puedo proyectar a largo plazo si no te veo los sábados.
- Pero mi amor - el tipo tiene los huevos de platino - fue excepcional, se dio así, vos sabés que fue así. Entiendo que te moleste, pero aprovechá, salí con tus amigas, divertite.
- Ah, no, cómo me decis eso? El hermano de la amiga de mi compañera de curso nunca deja a su novia los sábados, hacen todo juntos. TODO.
- Pero qué tiene que ver?
- Nada, dejá, al final yo doy todo, todo por vos y vos ni lo valoras. Y no es que te esté pasando factura, no senor, es sólo que... bueno. Dejá. Andá y pasala lindo. Yo ya veré qué hago...
- Mary, mi vida - yo ya me hubiera ido a pedirle un sifón al mozo para sacarla a la vereda a esa perra infernal - yo te entiendo. Es verdad que si vos salís todos los sabados del mes sola a mi seguro me molestaría, pero no sé si me voy a replantear la relación por eso.
- No entendiste, no me escuchaste. Dejá Daniel, dejá. Andá divertite, yo me quedo viendo tele, esperándote. Se ve que no me conocés nada...
- Bueno, no sé qué decirte...
- Y claro. Ahora te callás, no? ves que no te importa una mierda lo que me pase? Yo la verdad que doy todo, hasta lo que no tengo para que estemos bien, para que no te falte nada...
La charla siguió, siguió hasta que perdí la cuenta. Y se me terminaron las medialunas.
Pagué y me fui a mi casa. Cuando iba caminando se me ocurrió que Dios durante la creación ha tenido una falta, una falla sintáctica que nos ha dejado un estigma, o una alianza. Se ha olvidado una coma (,), debió querer decir, seguramente, 'No, es bueno que el hombre esté solo'.
Por suerte, tengo la habilidad de leer entre líneas.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Oído al pasar

'Siempre fuimos el jamón del medio, siempre nos usaron cuando lo ameritaba la conveniencia, pero al final nadie se hizo cargo del todo y la situación cambió. Hemos crecido y crecido. Ahora ya somos un completo cerdito.' Decía una señora muy enojada e indignada, haciendo referencia a la villa 31, donde vive con su familia, en relación a la inseguridad de las construcciones precarias, aludiendo a las acciones, o falta de ellas, por parte del gobierno, y a mi (no por la situación, se entiende) me dieron ganas de aplaudir de pie.

sábado, 1 de noviembre de 2008

Yeta

Cuando era chico me decían que yo tenía o atraía a la mala suerte, a la yeta, que era pájaro de mal aguero, se tocaban partes íntimas al verme, llegué, por inercia o costumbre, a olvidar mi nombre por 'innombrable'.
No le había dado crédito a nada de eso hasta que esta noche, cuando venía caminando a casa, diviso a lo lejos un gato negro que alegremente cruzaba la calle, que distraído aceleraba el paso hasta que me vió. Se detuvo en seco y, emulando al colibrí, huyó marcha atrás.
Me sorprendió la destreza.

Lo último que supe del gato fue por su llanto ahogado, desesperado, allá a lo lejos (inmediatamente después de una frenada).

Me di cuenta que ya estoy grande

cuando un sábado, sin ser las 02.00 AM aún, vi desde el auto en el que iba de copiloto cuando volvía de un asado de mujeres, decía, me di cuenta cuando vi desde el auto a unas cuatro o cinco chicas, vestidas ellas de minishorts o minifaldas o minialgo, peinadas a rabiar, maquilladas y perfumadas (eso me lo imaginé o lo recordé, es lo mismo), unos tacos aguja no inferiores a 12 cm, con ánimo de reviente psicodélico, sexo droga y rocanroll (eso tambien, perdón), insinuando una entropía hormonal de una belleza absoluta y yo, que me venía sosteniendo el hígado porque me dolía, oliendo el humo en la ropa de mi acompañante que ofició de asadora, lo único que deseé en ese instante fue llegar a mi casa y meterme en mi cama, acurrucada en la suavidad mis sábanas, ideales e inmejorables.
Y sola.