lunes, 9 de febrero de 2009

No sé, algo.

Mariana quería un novio.
Mariana decía que quería que alguien estuviera con ella, que la fuera a buscar cuando se quedara varada con el auto, que de vez en cuando la llevara a la oficina, o la buscara, que la sacara a comer a lugares bonitos, ni siquera caros, lindos. Que la tratara bien. Una flor, el desayuno a la cama.
Un novio, con lo que eso implica.
Entonces se me ocurrió preguntarle si había alguien que la inspirara a aventurarse en semejante deseo, quien le llenaba el pecho de suspiro, con quien fantaseaba, bah.
Y me dijo que no, que eso era lo de menos, porque ella quería un novio y nada más. Quien lo encarnase podría ser cualquiera, eso era anecdótico.
'Porque sí, porque me gusta, porque para mí la vida gira alrededor del amor', fue su respuesta.
Después se fue, tarareando algo. Estaba contenta.
Y yo también me fui. Y me di cuenta, con un poco de desilusión admito, que el amor también se trata de una decisión.