lunes, 29 de junio de 2009

Corazon valiente

Fui a ver una obra de teatro. En ella, ya al final, el protagonista muy angustiado le dice a la protagonista que no puede, que abandona el ring, que la ama desesperadamente pero que no es lo suficientemente valiente como para sostenerlo porque eso significa cargar con un peso considerable.
Al día siguiente agarré en la tele el descenlace de una película, muy conocida, en la que en el juicio al protagonista (Mel Gibson), un guerrero escocés devenido héroe, le ofrecían una muerte pacífia y rápida a cambio de rendirse y que de no hacerlo sufriría una tortura lenta y dolorosa. A diferencia del primero, él no se rindió.
Ambas historias son completamente diferentes salvo por un detalle: el dilema ético. Uno debe decidir morir con dignidad o morir con facilidad. El otro, bancarse o no la peluza de ese enorme durazno. En ambos escenarios se juega algo de la muerte.
Eventos de estas magnitudes se nos cruzan todo el tiempo, nadie va a morir en el patíbulo a esta altura, claro está, pero cuando sucede nada de lo que venga después vuelve a ser lo mismo porque uno no vuelve a ser el mismo nunca más.
Dicen que ser adulto es hacerse cargo de las consecuencias de sus actos. Yo agrego que las elecciones que llevan a esos actos nos vuelve, además, dignos.
y no todos somos dignos.
La valentía no es para cualquiera.

martes, 23 de junio de 2009

'Corre' dijo la tortuga

Seee, seee, que la crisis la paguen los capitalistas! - Me dijo un compañero de trabajo mientras se estaba haciendo traer de EEUU, libre de impuestos, una cámara de última generación para poder fotografiar sus vacaciones en el sur.
Todos los hombres son iguales - Le dijo Soñia al amigo de su marido, vistiéndose, antes de que éste último llegara.
Qué barbaridad este país! así no vamos para ningún lado! - dijo un indignado empresario cuando vio que Pati se postulaba para candidato en las próximas elecciones, saliendo con su auto importado de un estacionamiento para discapacitados.
A vos te parece? Es una boludez lo de las candidaturas testimoniales - se quejó Santiago, un ñoqui de la legislatura, cuando el último día hábil fue a cobrar su cheque.
Estos son todos una manga de hijos de puta. Piden y piden y no dan nada a cambio. - dijo José pasando en rojo.
Hay que cuidar el cuerpo porque es el que te acompaña toda la vida - Dijo Mariela ofreciendo un té verde, luego de atracarse con una milanesa a caballo con papas fritas.
No hay nada que odie más que me mientan - Dijo Hernán, haciendo trampa al solitario.
Yo puedo dejar de fumar cuando quiera - Dijo Natalia prendiendo el anteúltimo pucho de su segundo atado de cigarrillo del día.
Los hombres ulimamente están hechos unos cerdos, no te toman en serio. Son unos histéricos!- Dijo mi vecina, bailarina de cabarulo de rioba, sacándose purpurina de su artificial escote.
Podría seguir, in eternum podría seguir.
Te dije que no me gusta, que me estoy cuidando. Pero podrías pasarme igual las papas fritas por favor? No me pongas esa cara, dale.

sábado, 13 de junio de 2009

Motivos posibles

A raíz de una publicidad gráfica se generó un debate sobre cuestiones filosóficas y existencialistas en relación al contenido de la misma.
En la gigantografía, que actualmente abarca gran parte del local ubicado en la esquina neurálgica de Av. Corrientes y Av. Pueyrredón, se ve una reconocida señora sentada leyendo un libro, que reposa en su regazo, haciendo un gesto particular como si estuviera diciendo lo que está escrito en la publicidad. Básicamente dice que se pueden vender joyas allí, que la retribución económica es buena, etc.
El debate mencionado anteriormente tiene que ver con un detalle que a simple vista es accesorio y que, por lo visto, para estos intelectuales de largas barbas y olor a tabaco negro no lo es: el libro que lee esta buena señora.
Es un pituco y grueso volumen cuyos cantos están deliciosamente adornados con arabescos que le dan un aspecto de solemne antiguedad y valor.
En las páginas se ve que el texto está dividido en dos columnas y el tamaño de la letra es minúsculo. Todo sugiere que se trata de un texto sagrado/religioso.
Ante eso, uno de los intelectuales dijo: Claramente se trata de un ataque hacia la sociedad judía. Todos sabemos que en ese barrio abundan. Es un mensaje subliminal que dice 'véndanme sus joyas a mi que soy cristiano' Ronda sobre el poder económico que siempre le fue inherente a esa colectividad. Además es un rotundo mensaje racista.
Otro continuó: Además están avalando mediante un texto sagrado el acto de comprar y vender. Es harto conocida la historia de Jesús en el templo, cuando echó a patadas en el culo a los comerciantes que lucraban dentro y en los alrededores del templo, que vendían los terneros para sacrificar en el altar. Ubicando una biblia en la escena el cristiano promedio obtiene una garantía de la buena fe de su acción de vender sus joyas.
Otra agregó: Coincido totalmente. Por otra parte, más allá del manejo religioso, más allá del aval de la religión que mencionaba el compañero, el asunto toca una arteria del orden de lo social. Ante la crisis actual las familias tradicionales que se vieron afectadas en su economía sienten que es un vejamen, que es una traición a su dignidad salir a vender sus joyas porque éstas conforman el tesoro que sirve de insigna de clase. Eso supone rebajarse. Por lo general las clases patricias de Buenos Aires prefieren pasar hambre antes de sacarse el disfraz de gente bien. Esta señora, conocida actriz, muy pituca, se presenta aquí otorgando permiso, la posibilidad de hacerlo despojando de prejuicios al intercambio monetario. Es como si dijera: 'Yo, que he leído la biblia, que soy una agradable señora de sociedad, les abro el juego comercial sin que eso represente perjurio a su lugar social'
Y así, el debate se hizo muy extenso. Fue publicado en la revista de tirada mensual 'Filosofía sin filtros ni boquillas', en el número 104, ocupando las dos carillas centrales.
También será tema de discusión en las charlas 'Cafés filosóficos' de Buenos Aires, durante los meses de julio y agosto de este año, en bares selectos de los barrios de Almagro y Palermo (Consultar programa en http://www.filosofiadegomayzapatosbaratos.net/)
El punto es que cuando le preguntaron a la actriz por qué estaba leyendo ese libro, por qué esa postura, respondió: Estoy demasiado vieja para estar parada, uso bastón, pero aun soy demasiado coqueta como para mostrarlo. El libro? ah, sí, es que se me cayó café en la pollera y había que taparlo. No recuerdo qué era.
En relación a su participación, por qué ella, dijo: es que el señor, el dueño del local es mi vecino. Vive abajo de mi casa y le di una mano porque no tenía un mango. Como su hija me cuida el gato cuando me tengo que ir a grabar o viajo a Uruguay, le devolví el favor. Además lo aprecio mucho.
No todo tiene que tener un porqué, entendés?
Yo sé que te recibiste de psicóloga hace dos meses, que querés estudiar sociología en la UBA y todo, pero te juro, a veces las cosas son simples. La mayoría de las veces. No me compré grande el calzoncillo a propósito ni inconcientemente, estaba de viaje y era el único talle que quedaba.
En serio, te lo juro. No me rompás más las pelotas.

viernes, 12 de junio de 2009

Oportunidades

Estaba en el hospital el otro día, estaba visitando a una persona que estaba allí internada. La persona de la cama de al lado tuvo un crisis, empeoró de golpe, vinieron las enfermeras, los médicos, etc. Me sacaron afuera de la habitación para tener más espacio. Hicieron el debido trabajo de resucitación con irrelevante éxito. Irrelevante porque se dejó morir.
No es romanticismo. Sucedió y listo. Cuando se reestablecieron sus signos vitales, cuando todos volvimos a escuchar el pip interminente, él, era un hombre, un muchacho en realidad porque era joven, abrió los ojos, nos miró a todos, se miró a si mismo, soltó un par de lagrimas y cerró los ojos.
Y murió.
Luego de ese momento en que decidió cerrar los ojos salí de ahí porque no lo pude soportar, una vez afuera me senté en uno de los bancos de cemento y lloré como una desahuciada. No lo conocía, honestamente no lloraba por él, lloraba por mi, por todas las veces que renuncié porque era dificil, porque me sentía incapaz, porque me dí pena.
Lloré porque esa muerte me recordó mis pequeñas muertes, todos mis fracasos, el miedo, la miseria.
Estuve ahí llorando un buen rato. Lloré como el que había visto.
Por suerte yo pude optar por levantarme y seguir.

miércoles, 3 de junio de 2009

Hasta dónde?

Juan Manuel extraña a Clara. La extraña con el alma, con certeza.
Está convencido de que ella es ideal para él, que es su alma gemela, que no hay otra. Que ellos están destinados a estar juntos y bla bla.
Resulta que Clara no está convencida, o eso es lo que Juan Manuel sabe íntimamente. Pero espera, está seguro.
Entonces Juan Manuel no ha hecho otra cosa que extrañarla. Piensa en ella, la espera, la invita, la aguanta porque claro, ellos ya no se deben nada, entonces si se ven de vez en cuando empieza y termina ese día. Ella se va tranquila, él se queda mascullando un suspiro, se atraganta con la esperanza. Se angustia.
Pasó mucho tiempo, pasaron como dos años ya y Juan sigue al pie del cañon: envía mensajes, la llama, busca excusas para verla. Ella responde, claro, por qué no? Si es fácil? Ella lo quiere mucho pero nada más.
Y el pobre Juan sigue acumulando desplantes, espera obediente mientras todo lo demás se va con el tiempo. En su celular suena Crimen, de Gustavo Ceratti.
No ha habido una noche que no llore un poquito.
Dicen que hay que sostener los sueños, que todo se puede, que hay que luchar y arremeter para conseguir finalmente que se haga realidad.
Pero hasta dónde? Cuándo deja de ser un sueño para empezar a ser una pesadilla?
Hay un momento en que hay que detenerse y dejarlos ir. No todos se pueden cumplir.
El tema es que si no somos capaces de dejarlos, de dejar de aferrarnos a eso, no va a haber lugar para otros sueños.
Se trata de ser un poco valientes. Abandonar algo conocido, como cuando eramos chicos y se estaba por caer una muela: da miedo, sabemos que va a doler, y cuando se cae sangra y es un asco. Después queda un agujero por donde se mete todo lo que te llevas a la boca. Tarda en cerrarse la herida... es molesto. Pero luego sale la otra muela, la posta, la pulenta, resulta que es más fuerte que la anterior.
Es lo mismo, crecer es ir sacándose cáscaras viejas. Es ir cambiando la piel cada tanto.

No es gratis, duele bastante, pero lo que viene después es infinitamente mejor.